Un terremoto de magnitud 7,8 tuvo lugar la madrugada de este lunes en el sureste de Turquía y en Siria, el mismo fue seguido de 40 réplicas, algunas de las cuales de magnitud superior a 6. Como resultado, alrededor de 1800 personas murieron y más de 7000 resultaron heridas, aunque no se descarta que las cifras suban mucho más, pues continúan las labores de rescate.
Según información de los medios de comunicación y las redes sociales, en las ciudades más densamente pobladas, cientos de edificaciones se derrumbaron, entre ellas un hospital, lo que hace más difícil el trabajo de los rescatistas. Por la magnitud del terremoto este se sintió también en Irak, Chipre, Líbano e Israel.
Las ciudades más afectadas son Malatya, Adiyaman, Gaziantep y Diyarbakir. La zona golpeada por los temblores se extiende sobre más de 500 kilómetros en el sur de Anatolia, en esta región se registran temperaturas bajo cero, algo que complica aún más la situación de las personas que perdieron sus casas y se encuentran a la intemperie.
Autoridades turcas declararon máximo nivel de alarma y, en ese marco, solicitaron ayuda internacional, la misma que fue respondida por más de 45 países. Sin embargo, el panorama es desalentador, pues los geólogos creen que las réplicas podrían continuar por semanas.