A solo un día de que la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, denunciara el plan de Evo Morales para acortar el mandato del actual presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional de Bolivia convocó a la Encargada de Negocios de Estados Unidos, Debra Hevia, preocupados por “una serie de pronunciamientos y acciones que se realizaron por parte del personal de la Embajada de Estados Unidos”, los mismos que fueron vistos como una intromisión en asuntos internos de nuestro país.
Esta “preocupación” manifestada por el Ministerio de Relaciones Exteriores no es casual, el nombre de Debra Hevia sonó insistentemente en las noticias bolivianas. En este mismo medio de comunicación nos referimos a que ella sería uno de los agentes en el plan de recolonización de Latinoamérica. El mismo Evo Morales difundió un audio atribuido a ella, en el que se refería a una serie de acciones para debilitar al gobierno de Arce.
Otra declaración que va en esta misma línea es la de Erick Foronda, exasesor de Jeanine Áñez y exfuncionario de la embajada americana, donde trabajó durante 25 años, quien en su cuenta de X vaticinó la pronta salida de Luis Arce diciendo que él “ya se va”. Se tiene conocimiento que, si bien ya no existe embajada en el país, Foronda continúa siendo un agente activo del gobierno norteamericano.
¿Cómo convergen en este entramado Evo Morales y los Estados Unidos? Tomando en cuenta la maquiavélica frase “el fin justifica los medios” un principio por el cual Evo se dejó llevar con tal de regresar a la presidencia. Y es que desde el inicio del mandato de Luis Arce se vio el afán del expresidente por mandar por detrás de las autoridades elegidas, queriendo, incluso, escoger a parte del gabinete del nuevo presidente. Al no conseguir lo que se había propuesto, comenzaron las críticas hacia Arce a través de medios de comunicación y reuniones o “cursos de formación política” a lo largo del país.
Estas acciones llegaron a un punto álgido con la convergencia de varios conflictos llevados adelante en coordinación con representantes de la oposición quienes, por ejemplo, frenaron la aprobación de proyectos y créditos en la Asamblea Legislativa. El anuncio de un bloqueo indefinido y otras medidas de presión que iniciarían este lunes, junto a una serie de factores que pusieron en evidencia el golpe de Estado que hace tiempo ya venía avizorándose, llevaron a que varias autoridades se dirigieran a los medios a denunciar el plan de Evo Morales. Así lo hizo el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, quien acusó a la embajada norteamericana de gestar un plan junto a otras legaciones y a la oposición para dar un “golpe blando” a la economía local.
Este plan también fue denunciado por Eduardo Del Castillo y María Nela Prada, quien manifestó: “La ambición de poder de una sola persona está poniendo en riesgo todo lo que nos ha costado tanto construir para mejorar la calidad de vida de nuestras hijas e hijos. Evo Morales está dispuesto a bloquear nuestra economía y a convulsionar nuestro país para imponer su candidatura, a las buenas o a las malas, como él mismo lo ha dicho.”
En este punto, el gobierno boliviano puso las cartas sobre la mesa repudiando cualquier tipo de acción que promueva la injerencia extranjera en nuestro país. Por su parte, la embajada salió a negar estas aseveraciones calificándolas de infundadas y publicando un comunicado en el cual “La Embajada de EE.UU. reitera su compromiso con la democracia y el respeto a la soberanía de Bolivia”.
En los próximos días sabremos si Hevia asistirá al llamado de la Cancillería y qué dirá sobre este tema que pone de manifiesto una creciente tensión diplomática entre ambos países.