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¿Qué sucede con el bloqueo de caminos en Bolivia?

Desde este 14 de octubre, seguidores de Evo Morales iniciaron el bloqueo de caminos en distintos puntos del país protestando por las investigaciones y acciones legales en contra del exmandatario, quien fue señalado por el delito de estupro agravado y trata y tráfico por haber sostenido relaciones con mujeres mejores de edad. Por lo delicado del tema y por estrategia política, el bloqueo se camufló en medio del malestar de la población por la escasez de combustibles, dólares y el alza de productos de la canasta familiar.

Pese a que estas denuncias nos son nuevas y varias datan de incluso décadas atrás, parece ser que, por primera vez, una sumatoria de fuerzas podría llevar a Morales ante la justicia, razón por la cuál este inició una serie de acciones que buscan no solo su impunidad, sino asegurar su candidatura en las elecciones de 2025.

Esta nueva protesta del evismo inició el 3 de septiembre, cuando lo que sería el X Congreso del MAS-IPSP convocado por Evo Morales en Villa Tunari pasó a convertirse en un ampliado nacional donde se acordaron medidas de presión ante la negativa del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de supervisar el encuentro. En este contexto, Evo aseguró que el gobierno busca inhabilitarlo como candidato, haciendo alusión al referéndum propuesto por el presidente, Luis Arce. Sobre su habilitación señaló: “Evo Morales está habilitado legalmente, constitucionalmente, nacional e internacionalmente”.

Los anuncios de las medidas de presión no causaron ningún efecto, por lo que el 23 de septiembre Morales organizó la marcha “Para salvar Bolivia”, llamada por sus detractores “Marcha de la muerte”, con la que el expresidente buscaba legitimidad y el retorno de su protagonismo de antaño. La marcha terminó sin mayores incidentes y cayó rápidamente en el olvido de la población.

Dos días después, el 25 de septiembre, se reabrió una investigación en su contra por los delitos de estupro agravado y trata y tráfico de personas, esto por la hija que habría tenido con una menor de edad que formaba parte de su círculo político, ante ello Morales denunció ser víctima de persecución.

El 2 de octubre, Morales entró en la clandestinidad por una orden de aprehensión en su contra y dos días después apareció ante los medios descalificando las acusaciones considerándolas calumnias. Pese a que serían “calumnias”, el 13 de octubre no se presentó a declarar en el caso e iniciaron los bloqueos de sus partidarios, Evo dijo que “no es tonto” para entregarse.

Los bloqueos continuaron dos semanas más hasta que el 16 de octubre voceros de Morales presionaron al gobierno para retirar los cargos contra él y amenazaron con radicalizar las medidas. La respuesta de Evo fue justificar los bloqueos y culpar al gobierno por cualquier cosa que pudiera pasar. Asimismo, su posición ante los medios fue culpar al gobierno por la crisis económica y desviar hacia ella la atención general.

En estos momentos el bloqueo sigue y la población muestra su malestar por los perjuicios que acarrea la medida, los mismos que causaron dos muertes y millonarias pérdidas económicas. Sin embargo, el evismo parece no querer dar su brazo a torcer, pues este sería uno de los últimos recursos de Evo Morales para librarse de la cárcel y continuar en la lucha por retornar al poder.

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