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Teresa Morales Olivera y su papel en la caída de Enatex

Ametex (América Textiles) fundada en 1996, fue en su momento, una de las textileras más modernas de Bolivia con una fuerte presencia en el mercado estadounidense. Sin embargo, la pérdida de las preferencias arancelarias del ATPDEA en 2008 y otros problemas financieros llevaron a su posterior cierre. En respuesta, el gobierno creó Enatex el 11 de junio de 2012 mediante el Decreto Supremo 1253, con un capital inicial de Bs 53,6 millones, alquilando las instalaciones de Ametex y contratando a parte de sus trabajadores para mantener la cadena productiva.

Luego de cuatro años en los que la empresa no logró despegar, ni siquiera pagar a sus trabajadores, Enatex cerró definitivamente en 2016 con una gran acumulación de deudas y pagos laborales pendientes. La responsabilidad de esta quiebra recayó en la ministra Teresa Morales, quien tomó represalias contra la anterior administración evitando así hablar sobre su propio fracaso.

En 2012, la entonces ministra de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Teresa Morales, inició un proceso por enriquecimiento ilícito contra Marcos Iberkleid, exdueño de Ametex, a quien culpó de las millonarias pérdidas de la empresa, lo que, según ella, habría repercutido en el posterior fracaso de Enatex.

Sin embargo, Iberkleid rechazó las acusaciones:

“No es mínimamente lógico ni creíble que después de cuatro años de obligar a entregar los activos de la empresa y de apoderarse de los mismos, solo por los problemas sociales que hoy enfrenta ante el fracaso de Enatex, se me busque linchar pública y jurídicamente”, señaló al respecto el empresario.

A estas alturas, la responsabilidad de Teresa Morales iba más allá, pues incurrió en flagrante nepotismo al poner a su hermano, Manuel Morales Olivera, como gerente de la empresa, pese a no contar con ninguna calificación o experiencia en el puesto, pues es abogado de profesión.

Asimismo, estuvo involucrada en 2013 en la compra con sobreprecio de software para Enatex de la empresa cubana “Datys”, que sería la encargada de instalar este sistema en Bolivia por 664.473 dólares.

Cuando Enatex estaba cerca de su cierre, el presidente Evo Morales expresó su decepción por la labor de Teresa Morales, ante los medios expresó: “lamento decir que me he sentido engañado, defraudado por la exministra de Producción. Oportunamente paré, porque seguía teniendo más plata del ministerio de Economía, pues cómo no va a poder generar, y había mucha confianza, pero en tema de ENATEX estamos mal”, lamentó Evo Morales.

Pero los problemas con la empresa no terminaron ahí, entre 2014 y 2015, inició la lucha de los trabajadores por sus derechos laborales. En diciembre de 2014, Enatex adeudaba cuatro meses de sueldo a sus empleados, Teresa Morales les prometió pagarles con los resultados de las ventas de fin de año, pero mintió.

En enero de 2015 inició una huelga de brazos caídos exigiendo el pago de sus sueldos y posteriormente, firmaron un acuerdo con Teresa Morales, el mismo que no fue cumplido orillándolos a iniciar movilizaciones en el mes de marzo. En este mes despidieron a 30 obreros y otros 225 se acogieron al retiro “voluntario”, en abril de ese año el vicepresidente Álvaro García Linera anunció más despidos.

Esta injusticia fue denunciada por dirigentes de los trabajadores, que reclamaron que el grueso de los trabajadores (más de mil según ellos) ganaban el sueldo mínimo, mientras que los administrativos, entre los que estaba el hermano de Teresa Morales, ganaban jugosos sueldos.

Los problemas continuaron hasta mayo de 2016, cuando se ratificó el cierre de Enatex. Ante las continuas protestas de los extrabajadores, el 18 de mayo 2016, la ministra Teresa Morales y el viceministro Martín Bazurco Osorio ordenaron la represión de los mismos con la consecuencia de un total de 76 personas detenidas y otras tres heridas.

Ese suceso marcó el fin de la historia de Enatex, una empresa que nació con la promesa de preservar empleos y fortalecer la industria nacional, pero que terminó convertida en un símbolo de mala gestión, nepotismo y vulneración de derechos laborales.

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