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Milei baja el tono de su discurso tras su derrota electoral en Buenos Aires

El presidente argentino Javier Milei sorprendió en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) celebrada en Asunción al mostrarse mucho más moderado de lo habitual. Lejos de sus insultos habituales y de la retórica incendiaria, optó por un discurso monocorde, centrado en defender su plan económico y en remarcar los logros de su gobierno en materia fiscal e inflación. Solo al final lanzó su clásico grito de batalla: “¡Viva la libertad, carajo!”.

El cambio de tono responde a una necesidad política. El pasado 7 de septiembre, La Libertad Avanza sufrió una dura derrota en las elecciones legislativas de Buenos Aires, perdiendo por más de 13 puntos en un distrito clave. Ese revés obligó a Milei a recalibrar su estrategia en un contexto marcado por el desgaste social del ajuste fiscal y con las legislativas nacionales de octubre en el horizonte.

En esta nueva versión, el mandatario busca mostrarse más dispuesto al diálogo con gobernadores y legisladores, promete mayores recursos para educación y salud, y transmite un mensaje de esperanza: “Lo peor ya pasó”. En la reunión de la ultraderecha en Paraguay, mantuvo su defensa del superávit como línea innegociable y criticó la “tercera vía” como una alternativa encubierta al socialismo, pero sin la agresividad que lo caracterizaba.

El Milei combativo cedió paso, al menos por ahora, a un Milei pragmático, consciente de que su supervivencia política depende de ampliar apoyos más allá de su núcleo duro.

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