El paro convocado por el Comité Cívico Pro Santa Cruz y la Asamblea de la Cruceñidad no ha sido tan contundente como habían anunciado los cívicos cruceños.
Por la mañana, y luego de una inspección por las principales vías de la ciudad, la policía declaró a los medios que el 70% de las vías se encontraban expeditas y los mercados abiertos, por lo que las personas podían desarrollar sus actividades con total normalidad. Del mismo modo, los gremiales no acataron la medida por considerarla perjudicial para su sector, en este sentido, el dirigente gremial, Juan Carlos García, consideró que el Comité pro Santa Cruz debería tener “otra instancia” para lograr atención a su pliego petitorio para “no perjudicar al pueblo”.
En urbanizaciones grandes como el Plan 3000, las actividades se realizan con normalidad, según imágenes difundidas por los medios de comunicación. Mercados, vehículos y transeúntes circulan con total regularidad. Los sectores de la periferia, según declaraciones hechas por sus representantes, rechazan el paro por considerarlo “politizado” y “elitista”. Una muestra de ello es que la actividad es completamente normal en los sectores más populares.
Pese a este panorama, en declaraciones a la prensa, el presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz calificó como “un éxito” el paro, siendo que él mismo reconoció que “no hay muchos puntos de bloqueo”.
El vocero presidencial, Jorge Richter, refiriéndose a las demandas que llevaron a convocar el paro en Santa Cruz, expresó: “unas demandas que son individuales para favorecer a una sola persona y castigar de esta manera a toda una región paralizando su actividad económica, cuando lo que se necesita en Bolivia es poder trabajar”.