En distintos espacios, se llora la muerte de Amaru Villanueva

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Amaru Villanueva Rance, murió ayer en el este de Londres, donde residía desde hace un par de años. Para aquellos que no lo conocieron habrá sido algo extraño que el mismísimo presidente del estado plurinacional de Bolivia le dedicara palabras tan elogiosas como estas:

“Lamentamos el fallecimiento del intelectual paceño Amaru Villanueva. Sin duda, #Bolivia pierde un brillante profesional, que impulsó la Biblioteca del Bicentenario y luchó por una sociedad más democrática e inclusiva. Nuestras más sentidas condolencias a su familia y amigos”.

O que el ministro de gobierno hiciera lo mismo en sus redes sociales:

“Lamento profundamente el fallecimiento de Amaru Villanueva Rance, un brillante joven intelectual y amigo. Mi más sentido pésame a la familia, toda mi solidaridad y apoyo en estos duros momentos. Quienes marcan con su ejemplo nunca se olvidan. La mayor muestra de cariño es recordarte con alegría y servir siempre a los demás, con el mismo cariño con el que tú lo hacías”.

Sin embargo, para aquellas personas que lo conocimos, Amaru fue un ejemplo no solo como profesional sino como persona. Hijo del notable músico boliviano, Adrián Villanueva, y Susana Rance, Amaru inició sus estudios en un colegio de la ciudad de La Paz, donde conoció a Leonel Francezze, quien publicó uno de los más sentidos mensajes sobre su partida:

“Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano. Mi mejor amigo por siempre”.

A partir de ahí inició un camino que lo llevó a estudiar en la prestigiosa Oxford, algo inimaginable para muchos de nosotros, y de ahí a regresar a su patria y emprender proyectos tan interesantes como el de la Biblioteca del Bicentenario, en medio mil iniciativas más, las cuales explican, en parte, todos los mensajes de pesar por su muerte que se leen hoy en las redes sociales de instituciones y personas particulares.

El haber llegado tan alto a pesar de su juventud, y luego decidirse por proyectos propios más acorde con su ideología y su calidad humana es encomiable. Desde la redacción de El Radar expresamos nuestro sincero pesar porque Bolivia ha sufrido una gran pérdida con su partida.

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