El presidente colombiano, Gustavo Petro, generó revuelo en su intervención ante las Naciones Unidas, pues, en su primera intervención, denunció el fracaso de la guerra antidrogas y la destrucción de la selva amazónica como parte de una estrategia de persecución orquestada por los Estados Unidos:
“Como en un cruce de caminos paradójico, la selva que se intenta salvar es, al mismo tiempo, destruida. Para destruir la planta de coca arrojan venenos, glifosato en masa que corre por las aguas, detienen a sus cultivadores y los encarcelan. Por destruir o poseer la hoja de la coca mueren un millón de latinoamericanos asesinados y encarcelan a dos millones de afros en América del Norte. ‘Destruir la planta’, gritan, pero la planta no es sino una planta. Destruir el Amazonas es la consigna que siguen Estados y negociantes, no importa el grito de los científicos bautizando la selva como uno de los grandes pilares climáticos, para las relaciones del poder del mundo, la selva y sus habitantes son los culpables de la plaga que las azota”, enfatizó Petro.
Más adelante, el presidente colombiano propuso a “América unida” acabar la guerra contra las drogas y permitir que “nuestro pueblo” pueda vivir en paz, asimismo convocó a salvar la selva amazónica, si no es con la donación de recursos con la reducción de la deuda externa para que su país pueda destinar fondos para ese fin.
“Para ustedes, mi país no les interesa sino para arrojarle venenos a sus selvas, llevarse a sus hombres a la cárcel y arrojar a sus mujeres a la exclusión, no les interesa la educación del niño, sino matarle su selva y extraer el petróleo y el carbón de sus entrañas”, reclamó el presidente.
Petro finalizó su discurso diciendo que: “sin paz para el planeta no habrá paz para las naciones”.