¿Qué está pasando en Bolivia?

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El canto del cisne de Evo Morales y contradicciones para una nueva agenda desde la izquierda

Por: José Llorenti

Introducción

Lo que está sucediendo en Bolivia se puede denominar como la implosión y el agotamiento del Proceso de Cambio después de casi 20 años en el poder. Implosión por las múltiples contradicciones acumuladas que están expresando un límite y agotamiento porque la mayoría de las demandas sociales que dieron nacimiento al gobierno del MAS-IPSP ya fueron cumplidas.

1. Implosión y contradicciones

1.1. Culto a la personalidad vs democracia interna.

El año 2014, Evo Morales ganó las elecciones con un abrumador 62%. En ese momento, antes de pensar en la sucesión o en la renovación, Morales prefirió buscar formas de reelegirse tratando de modificar la nueva constitución recién aprobada hace 4 años. Fracasó en su intento el año 2016 y el año 2017 trató de habilitarse con un recurso jurídico observado por la mayoría del pueblo boliviano bajo el pretexto de tener “el derecho humano a la reelección”. Morales fue a las elecciones el año 2019 perdiendo más de 15 puntos porcentuales y siendo derrocado días después por un levantamiento social que terminó en un golpe de Estado y la llegada al poder de Jeanine Añez.

Morales arrastró el culto a la personalidad hasta enterrar su propio gobierno, en lugar de pensar en un cambio de liderazgo (aunque sea momentáneo como Lula en Brasil o definitivo como Mújica en Uruguay), prefirió forzar la situación hasta perder el gobierno.

1.2. Modelo económico vs reformas económicas liberales

Los éxitos económicos en Bolivia fueron notables desde el año 2005 hasta el año 2019. El PIB creció por 400%, la pobreza disminuyó considerablemente, la clase media creció en más de 2 millones de personas, etc.

No obstante, desde el año 2016, se descuidó la nacionalización de los hidrocarburos, como lo mencionó el presidente Luis Arce, y se cambió la exploración en nuevos pozos hidrocarburíferos por la dávida y la electoralización de la economía, lo que provocó una caída considerable de las Reservas Internacionales y creó las condiciones para lo que se está viviendo ahora con escasez de dólares en el país, aumento de precios (inflación importada y local), dificultades en la distribución de hidrocarburos, etc.

El culto a la personalidad y la electoralización hizo que Morales descuide la economía y sea ahora su exministro de Economía y actual presidente, Luis Arce quien se encuentra enfrentando estos problemas económicos.

Actualmente, se presentó un debate en la sociedad boliviana sobre la necesidad de tomar medidas que pueden considerarse (neo)liberales en la economía, como reducir el Estado y liberar exportaciones o mantener el actual modelo económico. Esta contradicción determinará la elección presidencial del año 2025. Por primera vez en 20 años, en las elecciones se debatirá la vigencia o no de un modelo económico.

1.3. Evismo vs anti evismo

En la política boliviana se creó un sentimiento anti-Evo Morales desde el inicio de su gestión el año 2005, ese sentimiento se consolidó en círculos sociales de clase medias conservadoras, élites neoliberales desplazadas e intelectuales de derecha. El evismo, entendido como lo dijo García Linera, como “lo nacional popular en acción”, es una estrategia política de toma del poder basada en los movimientos sociales, a lo cual se debería incrementar que también tiene como característica el culto a Evo Morales como líder insustituible.

García Linera, redujo el masismo o lo nacional popular al evismo, confundiendo términos. Existió un momento en el que ser de izquierda, apoyar el Proceso de Cambio, a Evo Morales y al MAS-IPSP en Bolivia era prácticamente lo mismo, no obstante eso cambió, uno puede respaldar al Proceso de Cambio y no ser masista o evista, puede ser del MAS-IPSP y no ser evista, e incluso puede ser masista anti-evista, etc.

En ese sentido, actualmente, el evismo redujo su influencia política únicamente a ser defensor de Evo Morales, no ya a principios ideológicos masistas o revolucionarios, sino simplemente defender al líder. Bajo este criterio, el antievismo creció considerablemente en Bolivia hasta significar el 75% de la población votante, incluyendo masistas que están en contra de Evo Morales, por estar en contra del culto a la personalidad.

El gobierno de Luis Arce, el cual nació siendo evista, ahora es claramente anti-evista, pero sigue siendo masista. El masismo ha demostrado ser más grande que Evo Morales.

1.4. Maquinaria estatal vs movimientos sociales

El Estado es por naturaleza desmovilizador, no importa si sea un Estado nacionalista, socialista o con tendencias liberales, la naturaleza opresiva del Estado no cambia, y el gobierno del MAS-IPSP, al ser un gobierno de movimientos sociales, sufre de esta contradicción que en muchos momentos les resultó compleja de afrontar.

Actualmente, el presidente Arce, al no provenir directamente de un sector social o sindical, tuvo la obligación de empoderar aún más a los sectores sociales para combatir el antagonismo político con Evo Morales. Esto provocó la excesiva burocratización de los sectores sociales (los cuales ya venían burocratizados desde la última gestión de Evo Morales), y aceleró la poca movilización social posible.

Al contrario, Morales se alejó de la dirección del Estado y empezó a empoderar a los sectores sociales y a sus dirigencias que fueron alejadas del gobierno central por diversos motivos, sean personales, políticos, ideológicos o incluso por haber cometido actos de corrupción. De esta manera, el expresidente, Morales logró dividir algunos sectores sociales en oposición al gobierno central.

1.5. Renovación vs Conservadurismo

El término de renovación en política suele usarse de manera eufemística para justificar cualquier posición contraria a la oficial, y los portadores de la renovación política no necesariamente pueden ser jóvenes, pueden ser personas mayores, incluso de la tercera edad como AMLO en México, pero que no comulgan con la línea oficial de la política en un país. Renovar no siempre significa nuevas ideas, a veces significa viejas ideas, pero con nuevos personajes.

En el caso boliviano, el término de renovación es emparejado tanto con la juventud (puede ser en filas masistas o no masistas), como con la renovación de ideas. Con esto se quiere decir que existe un interés de renovación en la sociedad civil buscando nuevos personajes, sean masistas u opositores, pero que no tengan la carga simbólica y política de sus líderes anteriores, sean Evo Morales o Carlos Mesa, por ejemplo, en la izquierda y en la derecha. Por eso se puede hablar de una renovación en el MAS-IPSP, en sus dos alas, evistas o no evistas, y también en la derecha boliviana, sean mesistas o no, o de cualquier tendencia.

1.6. Fin de ciclo o continuidad

El fin de ciclo es una de las frases más usadas para conceptualizar lo que está pasando, no obstante, hay mucha confusión de lo que puede o no significar un fin de ciclo, algunos analistas dicen que es un fin de ciclo masista, otros evista, otros de todo el Estado Plurinacional, etc., y no hacen una disociación de lo que significa el Estado Plurinacional o el MAS-IPSP o las corrientes internas que pueden coexistir en el mismo MAS-IPSP.

El año 2019, la caída de Morales fue bautizada por varios políticos y analistas como el fin del MAS-IPSP, sin embargo, volvió al poder en solo un año, aunque no con los mismos protagonistas, en este sentido, el año 2019 también el gobierno de Añez trató de desmantelar el Estado Plurinacional y sus símbolos, lo que terminó en un desgaste para su propio gobierno y sendos procesos penales que ahora la tienen recluida en la cárcel.

Lo que se podría hacer para entender si existe o no un fin de ciclo, sería exponer qué terminó y qué continúa, por ejemplo, las viejas demandas sociales de nacionalización o asamblea constituyente que abrieron la puerta al denominado “Proceso de Cambio” ya fueron cumplidas, así que se podría hablar de un fin de ciclo de ese proceso político y quizás de sus autores principales, Evo Morales, Carlos Mesa, Jorge Quiroga, etc., pero no un fin de ciclo del MAS-IPSP que aún tiene mucho potencial político interno, o incluso del Estado Plurinacional, el cual continúa latente y con una gran cantidad de tareas política incompletas.

Hay cosas que terminaron, otras no.

1.7. Industrialización vs dependencia económica

Esta contradicción va de la mano de mantener el modelo económico o reformarlo, empero, tiene una particularidad importante que obliga a tratarla de manera separada y es la naturaleza misma de lo que significa industrializar un país en un mundo multipolar.

La industrialización, al contrario de lo que los economistas ortodoxos creen, es un fenómeno geoeconómico y geopolítico y no un tema estrictamente económico, y más aún sabiendo que las riendas de un proceso industrializador no lo están llevando a cabo únicamente empresas privadas, sino más bien el Estado en tanto creador de empresas y protector de la demanda interna.

Por este motivo, la industrialización dentro del Estado Plurinacional significa romper con determinadas cadenas de producción regionales e internacionales, lo que obviamente provoca molestia en competidores internacionales que buscarán formas políticas de desmantelar el proceso industrializador o en su defecto hacerlo fracasar, en especial si se habla del tema del litio.

1.8. Sujeto indígena campesino vs nuevo sujeto histórico

Los éxitos del Proceso de Cambio en estos últimos casi 20 años se pueden ver en un proceso acelerado de modernización y urbanización, entre otros factores, lo que obliga a repensar las condiciones sociales y políticas que dieron nacimiento a este proceso e identificar los nuevos intereses de la sociedad, los cuales son diferentes a los de hace 20 años.

Por ejemplo, un factor a considerar es el hecho de que la migración acelerada a los centros urbanos a cambiado la composición de los mismos movimientos sociales campesinos y sus generaciones, en este sentido, también se puede ver un empoderamiento económico y político importante que creó nuevas clases sociales adineradas aymaras o quechuas que tienen intereses de clase diferentes a los que presentan los sectores empobrecidos de la sociedad, los cuales en su mayoría también son indígenas por la sociedad racializada heredada por la colonia.

A esto se añade el crecimiento demográfico de la juventud en el país, siendo más del 40% del electorado, aunque en clara desaceleración como lo demostró el último censo.

El nuevo sujeto ¿indígena urbano? ¿Obrero de ciudad? ¿burguesía nacional nativa? Aún no se identifica con claridad, no obstante, se vuelve cada vez más necesario ante la coyuntura histórica.

2. El extravío de Evo Morales y el canto del cisne

Evo Morales fue derrocado el año 2019 después de 14 años en el poder por un golpe de Estado que inició con una movilización social en los principales centros urbanos del país y desembocó en una ruptura constitucional con las fuerzas del orden insubordinadas. No fue el primer golpe de Estado que se intentó contra Morales, ya el 2008 intentaron otro en el país, incluso buscando la división de Bolivia, en esa época ese golpe fracasó porque las condiciones objetivas y subjetivas eran favorables al gobierno de Morales, el año 2019, las condiciones no fueron favorable debido el desgaste crónico de su gobierno por lo acaecido en año 2016 con el referéndum del 21F, por lo que Morales tuvo que abandonar el país.

El gobierno de Añez que se denominó de transición fue uno de los peores gobiernos de la historia boliviana y se fue como inició, desordenadamente y destruido. El MAS-IPSP, ahora a la cabeza de Luis Arce regresó al poder con el 55% de los votos el año 2020.

Desde ese momento las relaciones entre Arce y Morales se distanciaron, primero por el interés de Morales de controlar el gabinete del presidente, después porque para Morales, Arce era solo una transición hasta esperar el regreso del propio Evo Morales, incluso, en algunos círculos evistas se pedía que Arce actúe como Campora con Perón en Argentina y le devuelva el poder a Morales, sin embargo, nada de eso pasó.

Por ese motivo, la situación se fue crispando hasta llegar a una ruptura total entre ambas alas masistas donde Evo Morales inició una estrategia para acortar el mandato del presidente Arce desde el año 2023, como incluso sus voceros lo expresaron en reiteradas ocasiones.

Se buscó un revocatorio, el cual no fue realizado, después se realizaron varias movilizaciones pidiendo la renuncia de Arce, hasta que finalmente, Morales pidió que el tercer hombre del país, Andrónico Rodríguez, tomará las riendas del Estado.

El plan último del expresidente, inició en agosto de la gestión 2024, con varias movilizaciones, tomas de instituciones, pedidos de renuncia, marchas, grandes marchas, bloqueos de caminos y una huelga de hambre que hasta ahora no fue tal. Todas las acciones de sectores evistas contra el gobierno fracasaron porque no recibieron apoyo mayoritario de la población, no porque la sociedad boliviana no esté presentando problemas económicos y sociales, sino porque la sociedad considera en su mayoría que Arce debe terminar su mandato y que en última instancia las movilizaciones de Evo Morales no son por causas genuinas sino por impunidad ante sus denuncias de violación a menores y para habilitar su candidatura de cara al año 2025.

Morales y su séquito trataron de concretar una estrategia de desestabilización y crear las condiciones para la renuncia del presidente, Arce, sin embargo, fallaron y el desgaste fue mutuo.

Asimismo, Morales y sus voceros aseveraron que Bolivia estaba viviendo un nuevo año 2003 o 2019, en referencia a los levantamientos indígenas del año 2003 que desembocaron en la caída del expresidente, Gonzalo Sánchez de Lozada y el año 2019 con el intento restaurador del gobierno de Jeanine Añez que terminó con la matanza de al menos 30 personas, empero, nada de eso ocurrió este año 2024 debido a que las condiciones son otras y porque, aunque Evo Morales lo niegue, el gobierno de Arce sigue siendo un gobierno de movimientos sociales e indígenas que se sienten representadas en el gobierno actual por lo que no se unieron a las movilizaciones.

Si a esto se incorpora que, quienes más se opusieron a los bloqueos y pidieron la intervención de las fuerzas del orden no fueron las clases medias urbanas tradicionales blancoides, sino los mismos sectores populares indígenas que defienden el Estado Plurinacional e incluso el mismo MAS-IPSP, pero que no están de acuerdo con las movilizaciones evistas en defensa de la impunidad.

Las movilizaciones de Evo Morales que trataban de acortar el mandato del presidente, Luis Arce, no fueron lo que esperaban y tuvieron que retornar derrotadas buscando diálogo con el gobierno central. Morales buscó polarizar el país entre indígenas y mestizos blancos, trató de invocar viejas mitologías indígenas como que “quieren desmembrar a Tupac Katari” o también diciendo que el gobierno de Arce es neoliberal y anti-indígena, pero la realidad chocó contra Morales, y no se dio cuenta que este gobierno es igual de masista que fue el suyo, y Evo Morales fue derrotado no por la derecha ni el neoliberalismo, ni los racistas mestizos, sino por el mismo Estado Plurinacional, el masismo y los propios indígenas.

Ese fue el canto del cisne de Evo Morales…

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