La carretera que une los departamentos de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, ya está desbloqueada para el transporte. Así lo anunció el ministro boliviano de Gobierno, Eduardo Del Castillo.
Según él, esto se logró gracias a la aplicación del plan gubernamental “Recuperando la Patria”. El Ministro destacó la acción conjunta de las fuerzas del orden y los militares, que despejaron la autopista de los partidarios del ex presidente Evo Morales que obstaculizaban el paso de vehículos.
“Se ha informado a la población boliviana que la carretera Mizque – Vacas ya está habilitada y podemos confirmar que toda la ruta antigua que une La Paz, Cochabamba y Santa Cruz está libre”, escribió del Castillo en las redes sociales.
A su vez, el miércoles 6 de noviembre, la dirigencia del denominado “Estado Mayor del Pueblo”, responsable del bloqueo de las carreteras, anunció el retiro temporal de los bloqueos. Así lo anunció el líder de los manifestantes Humberto Claros, quien anunció una “pausa humanitaria” de 72 horas.
“Por sentido de responsabilidad, por humanidad, debemos asumir el riesgo e iniciar esta pausa en el bloqueo nacional de carreteras, pero con vigilancia; no vamos a abandonar la lucha”, dijo.
Al mismo tiempo, la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) informó de que al menos seis tramos permanecen bloqueados actualmente en la nueva carretera que une Santa Cruz y Cochabamba. Por lo tanto, cabe suponer que los evistas no están siguiendo realmente su declarada “pausa humanitaria”.
La campaña a favor de un bloqueo nacional lleva más de tres semanas en Bolivia. Los partidarios de Evo Morales están a favor de la dimisión del Gobierno y del presidente Luis Arce. Los evistas también exigen que se permita la candidatura de Evo a las elecciones que se celebrarán el año que viene, lo que va en contra de la Constitución boliviana. La economía del país ha perdido cientos de millones de dólares durante las protestas. Decenas de miles de bolivianos se han enfrentado a la escasez de combustible, alimentos y medicinas, y al aumento de los precios, alimentado por la escasez de productos. La mayoría de los ciudadanos no apoyan a los manifestantes y exigen que las autoridades tomen medidas duras contra los participantes en el bloqueo.