Grandes movimientos de efectivo en la campaña de Jorge “Tuto” Quiroga y su candidato a vicepresidente, Juan Pablo Velasco, dirigieron la atención hacia el origen de su financiamiento y reactivaron las sospechas sobre los presuntos vínculos del expresidente con mafias extranjeras que operaron y aún operarían en Bolivia. Entre ellas, la mafia italiana, activa desde los años 90, y más recientemente la mafia rusa, involucrada en operaciones de narcotráfico y lavado de dinero junto al cartel brasileño PCC, uno de los más grandes del continente.
El reinado de la mafia italiana durante la presidencia de Banzer
Durante el gobierno de Hugo Banzer Suárez, al cual Quiroga estuvo estrechamente vinculado como vicepresidente y posteriormente como sucesor, el empresario ítalo-boliviano Marco Marino Diodato montó un imperio de casi un centenar de empresas, muchas de ellas dedicadas al negocio ilegal de juegos de azar. Diodato no solo tenía lazos con el entorno presidencial, estaba casado con una sobrina de Banzer, sino que también fue acusado de lavar millones de dólares a través de casas de juego y empresas pantalla con vínculos estatales, como la Lotería Nacional.

Dos exministros de Gobierno durante la vicepresidencia de Jorge Quiroga, Guido Nayar y Wálter Guiteras, revelaron en 2014 que el silencio y la protección brindada a Diodato tuvieron un alto costo: se habría pagado hasta 6 millones de dólares a un “distinguido político” para garantizar impunidad y continuidad de operaciones. Según Guiteras, un grupo dentro del partido ADN presionó activamente para liberar al mafioso, quien posteriormente sería vinculado al asesinato de la fiscal Mónica Von Borries, que lo acusó por sus vínculos con el narcotráfico.
¿Legalización del juego a cambio de financiamiento?
Actualmente, a la luz de los enormes gastos de la campaña de Quiroga y Velasco, resurgen los cuestionamientos sobre el origen de su financiamiento, origen que se asocia a una posible continuidad de su relación con mafias extranjeras iniciada durante el gobierno de Banzer. En este contexto, la cercanía de Quiroga con la familia Banzer y su influencia dentro de ADN habrían facilitado contactos con estas redes criminales muy arraigadas en instituciones y políticos de la época.

Según información aún no comprobada, fuentes cercanas a Juan Pablo Velasco, actual candidato a vicepresidente por el partido de Quiroga, aseguran que se reunió recientemente con representantes de la mafia rusa. A cambio de financiar su campaña, los emisarios habrían solicitado la promesa de legalizar el juego en un eventual nuevo gobierno.
Mafias extranjeras operan hoy en Bolivia
La presunta conexión entre Tuto Quiroga y mafias extranjeras también coincide con el auge de grupos criminales transnacionales que operan en Bolivia. La mafia rusa, conocida como la Bratva, junto al cartel brasileño Primer Comando Capital (PCC), fueron sorprendidos operando en la frontera entre Brasil y Bolivia, especialmente en los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul. Una investigación de 2024 de la Policía Federal de Brasil reveló que un grupo vinculado a la Bratva lavó al menos 81 millones de dólares en criptodivisas procedentes del narcotráfico.
Asimismo, se confirmó la presencia del PCC en Bolivia con figuras como Marcos Roberto de Almeida, alias “Tuta”, capturado en Santa Cruz mientras intentaba obtener documentación falsa, y Gilberto Aparecido dos Santos, alias “Fuminho”, quien presuntamente reside y opera desde el país, coordinando cultivos de coca y laboratorios de droga.

La creciente penetración del crimen organizado extranjero en Bolivia, y los posibles nexos con figuras políticas del pasado y el presente, como Jorge Quiroga y Juan Pablo Velasco, ponen sobre la mesa la posibilidad de acuerdos económicos que beneficien a ciertos sectores a cambio de apoyo en las candidaturas.