El séquito que acompañó a Jeanine Áñez cuando esta asumió la presidencia de facto en 2019, ha desaparecido ahora que se cumple un año de su detención preventiva.
Los cívicos y otros dirigentes opositores que antes la acompañaban ahora brillan por su ausencia, y personajes como el gobernador cruceño Luis Fernando Camacho, Carlos Mesa e Iván Arias, se limitan a dirigirle mensajes de apoyo a través de sus redes sociales.
Durante la huelga de hambre que llevó a cabo en la cárcel como una medida de protesta por su situación, recibió muchos mensajes de solidaridad, pero ninguna acción efectiva de parte del círculo de colaboradores que tuvo durante su mandato. Sus allegados salieron del país cuando el MAS retornó al poder, y aquellos que estuvieron con ella se distanciaron. Hoy por hoy, Áñez cuenta solo con el apoyo de su familia, siendo Carolina, su hija, la que está más presente en los medios.
En una entrevista a los medios de comunicación, el hermano de Áñez declaró:
“Condeno las acciones de aquellos políticos que usufructuaron del poder momentáneo y transitorio de Jeanine para ocupar un cargo político, que de repente le correspondía por su sapiencia personal, pero después ha sido devuelto con egoísmo, con hipocresía, con falta de valor”.
