Cuando se cumplen varios días de iniciado el conflicto entre el gobierno y los maestros, estos últimos no parecen querer dar su brazo a torcer pese a la predisposición del gobierno a dialogar y llegar a consensos que beneficien a la comunidad educativa del país.
Luego de dos años de confinamiento, el retorno a clases es el indicio de retorno a la “normalidad” que muchos niños y adolescentes necesitan. El reencuentro con sus pares sería beneficioso para la salud mental de los estudiantes, sobre todo para aquellos en situación vulnerable, pues la desigualdad social en la educación virtual se hace evidente desde el mismo hecho de que se debe contar con aparatos electrónicos y un adecuado servicio de internet para acceder a ella. Un estudio del español Javier Cifuentes, citado en la Revista Internacional de Educación para la Justicia Social, revela que “la inasistencia a las escuelas producirá un aumento de las desigualdades en los resultados educativos, produciéndose una brecha en las aptitudes matemáticas y de alfabetización entre los niños de los niveles socioeconómicos más bajos y los más altos. Esta desigualdad se puede agravar más aún si tenemos en cuenta que se estima que durante el período de vacaciones escolares se produce una pérdida de logros académicos equivalente a un mes de educación para los niños con bajo estatus socioeconómico. En cambio, para los niños de mayor nivel socioeconómico no se observa este efecto”. En este sentido, la negativa de los maestros a regresar a las aulas iría directamente en contra de los estudiantes con más bajos recursos.
Asociaciones de padres de familia en todo el país fueron las que solicitaron al gobierno el regreso de las clases presenciales, en el afán de velar por el desarrollo psicológico y mental de sus hijos. Al respecto, la presidenta de la Junta Nacional de Padres de Familia, Florencia Irahola, expresó: “Para nosotros, retroceder es molesto y verlos a ellos movilizados (…) El sector del magisterio ha sido el más beneficiado porque trabajaba desde casa y, sobre todo, el urbano, aun así ellos no han tomado en cuenta que en la gestión 2020 no se les ha perjudicado su sueldo, el 2021 ha sido un trabajo a medias, pero hemos tenido bastantes deficiencias y se les ha mantenido el sueldo a pesar de no cumplir su carga horaria”.
Toda vez que las protestas de los maestros han adquirido un tinte político y no cuentan con el amplio apoyo del sector, existe una división en sus filas, pues muchos docentes sí desean reiniciar sus labores en vistas del retraso que implicó el cierre de las aulas en los dos años que van desde el inicio de la pandemia.