El alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, informó que cerró su gestión 2021 con una ejecución presupuestaria del 81,68%, cifra que fue ampliamente cuestionada. Pero, ¿por qué se duda del informe del burgomaestre cochabambino?, pues por las múltiples denuncias que pesan sobre él sobre irregularidades en el proceso de licitación de algunos proyectos y obras recientemente inauguradas, así como de protestas por despidos injustificados de los trabajadores afiliados al Sindicato de Obras Públicas. En ese mismo sentido van los reclamos por la falta de atención a la educación y la salud del pueblo cochabambino.
Sobre la educación, maestros y padres de familia denuncian constantemente la falta de atención a las unidades educativas así como al servicio de desayuno escolar, un ejemplo de ello es la unidad educativa “Oscar Rojas”, donde los alumnos pasan clases en carpas improvisadas que fueron compradas por los propios maestros. Del mismo modo, no se cumplió con la entrega de material de bioseguridad para profesores ni alumnos.
Otros reclamos tienen que ver con salud, educación, cultura y deporte, seguridad ciudadana, transporte vial, y recuperación y limpieza de ríos, como de la Tamborada, y la laguna Alalay. La falta de alumbrado público genera un aumento en la inseguridad, así como la falta de limpieza del río Tamborada y la laguna Alalay generan un foco de contaminación ambiental.
El tema salud es otro punto flaco de la alcaldía, pues pese a que la autoridad edil dice haber entregado 7 unidades de terapia intensiva en el Hospital del Sud y 3 unidades de terapia intensiva en el Hospital del Norte, no se ha puesto en funcionamiento ninguno de esos equipos ni se ha visto trabajando el personal que dice que contrató.
