En 25 días de paro, el daño económico en el departamento de Santa Cruz se acerca a los mil millones de dólares, dejando a las familias más vulnerables, ya que sufren el impacto económico y esto amplía las desigualdades sociales.
“El paro cívico lo ha puesto de manifiesto, ha agravado aún más las desigualdades sociales, dentro de la sociedad cruceña”, lamentó el analista económico, Juan José Bedregal.
Las familias más necesitadas sienten con más fuerza el paro, que genera además de la falta de acceso a servicios básicos, la dificultad en acceder a productos básicos de la canasta familiar.
También golpea la economía del cruceño con los negocios en los puntos de bloqueo, que se transformaron en una suerte de modus operandi, cuando se pide dinero por el paso lo que viola las leyes que garantizan la libre transitabilidad del pueblo.
“Los propios cívicos cruceños los reconocían, mencionando que los únicos que bloquean son personas del mal vivir, personas sin una fuente de trabajo que solamente se dedican a cobrar peaje en los puntos de bloqueo, a consumir bebidas alcohólicas, y a dificultar a la población el acceso a sus fuentes de trabajo”, lamentó Bedregal.
Recordó que las grandes empresas tienen permisos de circulación y se preocupan por la exportación, mientras que los trabajadores deben pasar mil vicisitudes para llegar a sus fuentes de trabajo.
Hoy esos bolivianos ven sus ingresos mermados y su poder adquisitivo nulo, porque esta situación encareció la canasta básica en la urbe cruceña.