Mientras los hinchas argentinos se congregan en las graderías del estadio de Lusail para ver a su selección disputar el partido de cuartos de final que su selección disputará contra la de Países Bajos, en las afueras se instalaron pequeños “altares” como reminiscencia de la figura del astro del fútbol, Diego Armando Maradona, fallecido el 25 de noviembre del año pasado.
Este es el primer mundial sin la figura de Maradona presente en la cancha o en las tribunas apoyando a su selección, pero su presencia es permanente, ya sea en banderas, poleras u otras prendas portadas por los hinchas argentinos, o en material gráfico en el que se lo incluye, a veces, acompañado por Leonel Messi.
La controversial carrera de Maradona atravesó y marcó la historia del fútbol mundial, una figura carismática pero empañada por los escándalos, sobre todo por el consumo de sustancias controladas. Su figura despertó tal admiración que, incluso, llegó a fundarse la Iglesia maradoniana, una “religión paródica” creada por los admiradores, seguidores y fans de Maradona, quienes lo consideran el mejor jugador de todos los tiempos.