El espíritu indio de la navidad liberadora

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Por: Freddy Magno Mamani Mollo

Amawta y Experto en Derechos de los Pueblos Indígenas.

Primero, el espíritu indio de la navidad no hace referencia a la identificación racial de un tal Jesús, a lo Indio. Ni tampoco esa noción simplista de un sincretismo necesario en el Abya Yala (que todos sabemos fue causado por el odio y muerte a nuestros ancestros y ancestras durante la colonia). Mucho menos a la adopción irracional del indio-indígena a la fe de un mesías (qué según el mundo hebreo, llegaría cuando no lo necesitemos, pues, cada uno de nosotros tendríamos las condiciones para ser ese mesías que se espera).

En ese sentido, el Indio, por conciencia constitutivamente histórica siempre hace la crítica al sistema político-cultural moderno, en el cual el mito de la navidad referida al nacimiento de un mesías -salvador del mundo- es instrumentalizado por las religiones y grupos hegemónicos. Esto quiere decir, que la crítica es hacia la forma o el mero aparecer, pero, no profundiza acerca de la espiritualidad presupuesta en el mito de la “navidad”.

Los antiguos pueblos, siempre celebraban los solsticios y equinoccios. Y, el “21 de diciembre” es un solsticio trascendental para muchos pueblos. Algunos lo celebraban como las fiestas Saturnales, o el Natalis Solis Invictus, o como en el mundo hindú en estas fechas celebran el Pañcha Ganapati en honor a Ganesha, o como para los chinos es momento de espera del año nuevo –que será el 22 de enero de 2023, año del conejo- desde el solsticio de invierno, o los germanos que cada 26 de diciembre esperaban el nacimiento de Freyr, señor del sol naciente. Aquí cerca los mexicas vuelven a festejar a Huitzilopochtli y más al sur celebramos el Kjapac Raymi, y recientemente el Illapacha ancestral.

En contraste a lo anterior, la privatización de la navidad por los cristianos ha sesgado la dimensión espiritual de estas celebraciones, pues, es un absurdo que ésta religión sea la poseedora de la “verdad navideña”. Sin embargo, como este mito va decayendo en la era de la información, lo que emerge, en última instancia, el vínculo con la espiritualidad contenida en este tiempo, es decir un espíritu de liberación de los mitos de dominación colonial.

Ahí, el espíritu indio de la navidad aparece, pero no como dogmática ni violenta, sino en forma de crítica hacia nosotros mismos. Pues la mayor liberación es comprendernos como semillas de vida capaces de generar más vida. Pues solo se puede ser libre cuando todos de la comunidad son libres, aun los propios ancestros y ancestras.

Sin embargo, esta navidad de color indio, de color de la tierra es necesaria. Pero no el indio sumiso, ni el indio rebelde, sino solo el indio hecho mesías al momento de cultivar la tierra o relacionarse con la comunidad de ancestros, es decir nuestra Tama, nuestro Ayllu, nuestra Marka, y el mejor regalo que un indio puede dar, es darse a la comunidad y a la tierra-Pachamama, al agua-Qutamama y al cielo infinito a través del cariño a los empobrecidos por este cruel sistema.

Pues como dijo un Maestro, lo que le duele al alma es la incapacidad de darse a la comunidad, es verse en la imposibilidad de dar un pan o una moneda, de no poder dar un rezo o una ch´alla a la tierra, es decir, de no ser el mesías que otras personas requieren.

Entonces, el espíritu indio de la navidad liberadora -siguiendo las sabidurías de varios pueblos- nacerá en el horizonte como el sol y dará vida a toda la vida misma siendo aptos para nacer como el mesías en este tiempo que ya no contiene el concepto de tiempo.

Jallalla tajpachani, jallalla Illapacha Invictus!!!

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