El vocero gubernamental, Jorge Richter, se refirió ayer a la muerte de una persona en Santa Cruz, la misma que había sido herida en un ojo, presuntamente, por un gas lacrimógeno lanzado por la policía en medio de las protestas por la aprehensión de Luis Fernando Camacho:
«La oposición y esto también lo dijimos los primeros días de noviembre cuando se desató una violencia con los 36 días y dijimos de manera clara que la lógica del comiteísmo es generar una situación de alta tensión de confrontación y enfrenamiento en Santa Cruz de forma tal puedan empujar al Gobierno a que se produzcan bien fallecidos o estados de excepción. Esto es lo que han ido buscando durante un tiempo», sostuvo en una conferencia de prensa.
Richter sostuvo que, en Santa Cruz, 27 instalaciones públicas fueron quemadas, y que existió una ola de vandalismo que obligó a la Policía a restablecer el orden, por lo tanto, a mayor volumen de violencia «mayor volumen de restablecimiento del orden». El vocero también dijo que así como existe indignación por esta muerte, también debería haber indignación por las personas fallecidas en Sacaba y Senkata.
Por su parte, el viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, dijo que el caso será investigado y pidió no politizar el lamentable fallecimiento: «Como Gobierno nacional al pueblo boliviano le interesa llegar a conocer la verdad histórica de los hechos, por lo cual existe el compromiso de una investigación profunda y todo esto se va a investigar. Hemos enviado personal para poder tener acercamiento con la familia y de alguna manera poder aliviar la difícil situación por la que están atravesando, sin embargo, pedimos a los actores políticos (…) a no politizar el caso por el respeto a la familia del señor Chavéz», dijo.