¿La derecha no dialoga?

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Por: Francisca Gómez A.

Coherente con su reciente acercamiento con la derecha nacional e internacional, Evo Morales abandonó el diálogo en el Encuentro Multipartidario e Interinstitucional por la Democracia convocado por el TSE, porque no estuvo de acuerdo con las decisiones tomadas por los representantes de los partidos políticos asistentes. La ministra María Nela Prada comparó su comportamiento con el de un niño caprichoso, pues quiso condicionar su participación a la validación del congreso de Lauca Ñ, la realización de elecciones primarias y la no renovación de las directivas partidarias, peticiones que no le fueron concedidas, por lo cual abandonó la reunión sin firmar los acuerdos concertados con los demás partidos.

Esta misma actitud fue la de Luis Fernando Camacho y los cívicos cruceños, quienes luego de haberse negado a dialogar sobre la realización del censo, se retiraron de las mesas de diálogo en más de una ocasión, algo que le costó caro a Santa Cruz, que sostuvo 36 días de paro con una pérdida de aproximadamente 1200 millones de dólares.

La misma negativa al diálogo fue la de la activista Amparo Carvajal, octogenaria cofundadora de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), quien se negaba a abandonar el edificio de dicha Asamblea y dejarle la presidencia de la misma a un sucesor, debido a su avanzada edad. La ministra de salud, el embajador de España y otras autoridades intentaron en vano hacer que dialogara con la nueva directiva, nadie sino ella podría estar a la cabeza de esa institución múltiples veces señalada por luchar solo por los derechos de las élites.

La negativa al diálogo recuerda también a la actitud del presidente argentino Javier Milei, quien no quiso dialogar con los jefes de Estado del Mercosur, sobre todo con Lula da Silva, y decidió no asistir a su última reunión. No le importó que su actitud infantil pudiera generar repercusiones en las relaciones bilaterales de su país con Brasil. Su ausencia fue calificada por Lula como una tontería: “Es una enorme tontería que el presidente de un país importante como Argentina no participe en una reunión con el Mercosur”, dijo en una conferencia de prensa.

Renuencia al diálogo, buscar imponer un capricho personal sobre uno colectivo, ignorar la democracia y negarse a encontrar soluciones alternativas son características comunes que nos hacen preguntarnos si son peculiaridades de la derecha o solo un rasgo de personalidad de personas narcisistas con posiciones de poder.

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