A similitud del actuar de la oposición en 2019, los evistas que conforman la “Marcha para salvar Bolivia” o “Marcha de la muerte”, se negaron a dialogar con el gobierno y agredieron al emisario que llevó la carta de invitación para Evo Morales hasta la localidad de Ayo Ayo, donde ahora se encuentran.
Luego de que los rumores de fraude ocasionaran violentas protestas en octubre y noviembre de 2019, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, el entonces presidente Evo Morales convocó al diálogo a las fuerzas políticas que obtuvieron representación en la Asamblea Legislativa Plurinacional en las elecciones.
En la nota enviada en esa ocasión se leía:
“El Jefe de Estado subrayó la necesidad de buscar una salida dialogada a objeto de pacificar Bolivia y evitar mayor violencia entre los bolivianos.
Asimismo, hizo extensiva la invitación a Organismos Internacionales, Iglesias del mundo y, de manera especial, a representantes del Papa Francisco, con el propósito de que realicen el acompañamiento al diálogo”.
Del mismo modo, representantes del gobierno de Luis Arce invitaron hoy públicamente a Evo Morales a entablar un diálogo para evitar hechos de violencia como los sucedidos en Vila Vila y otros sectores por donde pasó la marcha evista. Pese a estos esfuerzos, Evo no se presentó y, por el contrario, justificó la violencia ejercida contra el emisario que llevó la carta y los medios de comunicación que registraban los hechos.
Esta negativa al diálogo fue duramente criticada por la ministra María Nela Prada, quien expresó: “Evo Morales no tiene argumentos para sustentar su ambición de poder y por eso es que no se presentó a la reunión en el Ministerio de Educación”. Pese a que Morales no se hizo presente, el gobierno dejó abierta esa puerta e hizo un llamado al exmandatario a asistir al diálogo por el bien del pueblo boliviano.
