LA INJERENCIA DE EE.UU. EN LA POLÍTICA BOLIVIANA ESTÁ CONFIRMADA ¿QUIÉNES SON SUS PRINCIPALES ACTORES?

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El 18 de marzo de 2025, el presidente Donald Trump desclasificó una serie de documentos relacionados al asesinato del presidente John F. Kennedy. Sin embargo, en ese conjunto de textos también se revelaron datos que confirman la injerencia del gobierno de los Estados Unidos en las elecciones de 1964. Pasados más de sesenta años de los hechos, lo importante de esta información no es el acontecimiento en sí, sino la confirmación de que existió y existe una injerencia, y que la misma podría estar presente en otras formas en la actualidad.

En el documento desclasificado puede leerse:

“Jhonathan G. Hanke, a Caracas case officer, brought sample weapons to Washington, where CIA was able to raise the serial nombres and Cuban Army insignia which had been ground off. Richard Helms, blocs in the country: Barrientos, supported by the campesinos; General Alfredo Ovando Candia, supported by the army; and the Communists and leftists, supported by tough mine and factory workers. To have Barrientos elected, CIA first had to promote a credible election by underwriting the campaigns of both the selected winner and his tokeb opposition at the polls.

The real question was whether elections would be held at all. In 18 months the La Paz Station spent 585,000 $, first to persuade the armed forces to clamp down on the leftists, then to persuade Barrientos to run, then to convince Ovando he should not interfere, and finally to promote enough political opposition to make the election plausible. In a genuine tour de force, COS Lawrence M. Sternfield produced what OAS observers called a democratic and honest election and got the results fron the electoral tribunal four days before the election”.

“Richard Helms, partidos en el país: Barrientos, apoyado por los campesinos; el General Alfredo Ovando Candia, apoyado por el ejército; y los comunistas y los izquierdistas, apoyados por los duros trabajadores de minas y fábricas. Para hacer que Barrientos fuera elegido, la CIA primero tuvo que promover unas elecciones creíbles financiando las campañas tanto del ganador seleccionado como de su oposición elegida en las urnas.

La verdadera pregunta era si se celebrarían elecciones en absoluto. En 18 meses, la Estación de La Paz gastó 585,000 $, primero para persuadir a las fuerzas armadas de que tomaran medidas contra los izquierdistas, luego para persuadir a Barrientos de que se postulara, después para convencer a Ovando de que no interfiriera, y finalmente para promover suficiente oposición política para hacer que las elecciones fueran plausibles. En una verdadera obra maestra, el COS Lawrence M. Sternfield produjo lo que los observadores de la OEA llamaron unas elecciones democráticas y honestas, y obtuvo los resultados del tribunal electoral cuatro días antes de las elecciones”.

Claramente, aquí no solo se muestra que los Estados Unidos apoyaron una candidatura, sino que orquestaron toda la elección respaldando incluso al bloque opositor para hacerla creíble a los ojos de la población.

En ese tiempo, Estados Unidos contaba con embajada en Bolivia y poseía varios brazos operativos, entre ellos USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), que trabajó por 52 años en el país desde los años 60 hasta 2013, cuando el entonces presidente Evo Morales instruyó su salida del territorio nacional.

“El 30 de septiembre de 2013, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) cesó definitivamente sus actividades en Bolivia, en concordancia con la decisión del gobierno del presidente Evo Morales de expulsarla del país.  Todos los proyectos han sido cerrados y a partir de la fecha USAID ya no administra ni ejecuta ningún programa de cooperación en Bolivia”, señalaba el comunicado emitido por la Embajada de EE.UU. en esa ocasión.

USAID, junto con otras organizaciones financiadas por Estados Unidos, suscitaron preocupación en América Latina, particularmente en Bolivia, por los múltiples indicios de su participación en la desestabilización de gobiernos, alimentando conflictos internos y controlando instituciones claves como la justicia, los medios de comunicación y el parlamento.

Instituciones Clave en la Injerencia Externa

Hasta febrero de 2025, cuando el presidente Donald Trump decretó el cese de las actividades de USAID y otras organizaciones estadounidenses afines, existieron varias instituciones que jugaron un papel clave en la injerencia en América Latina. Entre ellas están el International Republican Institute (IRI) y el National Democratic Institute (NDI). El IRI, vinculado al Partido Republicano, se comprometió a promover el “desarrollo de la democracia” en más de 100 países, utilizando estrategias que demostraron ser efectivas en contextos de agitación política. El NDI tiene fuertes lazos con el Partido Demócrata y recibe financiamiento similar, lo que revela un mecanismo orquestado para ejercer influencia a favor de los intereses estadounidenses. A ellos se suma el National Endowment for Democracy (NED), una fundación creada en 1983 por el Congreso de los Estados Unidos para “promover la democracia en el mundo”. Aunque recibe financiamiento del gobierno, opera de manera independiente y apoya organizaciones de la sociedad civil, medios de comunicación, sindicatos y partidos políticos en diversos países que responden a sus intereses.

Con la salida del país de USAID y la embajada norteamericana surgieron otras formas de injerencia, como lo mencionamos antes, esta vez asociadas al financiamiento de varias organizaciones no gubernamentales. Uno de estos financiadores es la Human Rights Foundation, dirigida por Thor Halvorssen, organización con una fuerte inclinación hacia el intervencionismo, acusada de fomentar actividades destinadas a desestabilizar gobiernos no alineados con los intereses estadounidenses. Basta decir que Hugo Achá Melgar, representante de Bolivia ante la HRF, fue señalado como financista de la banda del húngaro-boliviano Eduardo Rózsa-Flores, quien murió en el conocido caso Hotel las Américas.

Actualmente, la representante en Bolivia de la HRF es Jhanisse Vaca, una “ecologista” que pasó una parte importante de su carrera educativa y profesional en Estados Unidos en donde asistió a la Kent State University de Ohio, para luego ingresar en la Harvard Kennedy School, participando en su programa «Liderando movimientos no violentos para el progreso social». Jhanisse Vaca trabaja en HRF como reclutadora en un programa llamado Freedom Fellowship Manager.

Nuevas Estrategias de Financiamiento

Con la congelación de la ayuda exterior decidida por el gobierno estadounidense, las estrategias de injerencia podrían estar en un punto de inflexión. Por ejemplo, el programa Freedom Fellowship Manager, dirigido por Jhanisse Vaca, es una forma en la que el gobierno norteamericano capta “jóvenes líderes” a los que les proporciona cierta “formación política”. Este es el caso de Carolina Ballivián Fernández, quien fue becaria de este programa y luego accedió a tener su propia fundación, The Yindah Foundation, que tiene como proyectos: Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC), JOPOI (escuela sostenible), GAIA PACHA, COLECTIVO ÁRBOL, CARNÍVOROS ANDINOS, entre otros. Varias de estas organizaciones y sus subsidiarias son las que detienen, con argumentos medioambientalistas, la industrialización del litio.

La misma Jhanisse Vaca, a través de su Jucumari Foundation, lleva a cabo intervenciones políticas como el seminario “Democracia y Derechos Humanos en la región y en Bolivia”, en 2024, que reunió en Washington a varios representantes de la oposición con el objetivo de unificarlos en vistas a las próximas elecciones. En esa reunión estuvieron: Carlos Alarcón, de Comunidad Ciudadana (CC), representando a Carlos Mesa; Zvonko Matkovic, de Creemos, representando a Luis Fernando Camacho; y Samuel Doria Medina de Unidad Nacional.

Asimismo, Zvonko Matkovic agradeció en sus redes sociales tanto a la HRF como a Jucumari Foundation por haberle facilitado tener encuentros con el senado español, el Partido Popular y otros representantes de la oposición española. En ese contexto, no sería tan descabellado pensar, como ya lo hizo un periodista nicaragüense, que el gobierno de los Estados Unidos estaría financiando a estas organizaciones a través de la Agencia de Cooperación Española.

Human Rights Foundation también financia el World Liberty Congress, un evento internacional que reúne a activistas, líderes y “defensores de la libertad y los derechos humanos”. Su objetivo es promover la democracia, el estado de derecho, los derechos individuales y la libertad económica frente a “regímenes autoritarios”. Esta organización recibe apoyo del NED y otras entidades afines. En su última reunión a finales de 2024, participaron Jhanisse Vaca, Carolina Ribera (hija de Jeanine Áñez) y Javier Áñez (familiar de Luis Fernando Camacho). Este evento marcó la agenda de la oposición y confluyó en el pedido de liberación de “presos políticos”, discurso que fue replicado por Comité Pro Santa Cruz y la Unión Juvenil Cruceñista.

Otros actores

Además de la HRF, el Church World Service y Presbiterian Hunger Program PHP figuran como financiadores de múltiples proyectos, sobre todo en las regiones fronterizas con Argentina. Ambas organizaciones religiosas están financiadas en más del 85% por el gobierno de los Estados Unidos y operan en varios países del mundo, entre ellos Venezuela, Cuba y Bolivia.

Por otro lado, el avance tecnológico y el acelerado desarrollo de la inteligencia artificial podrían ser un nuevo e importante actor en el escenario político, de formas tan básicas como la de ayudar a diagnosticar las tendencias del electorado, como de otras más complejas como la manipulación de la información. No es casual que el último evento al que fue invitada Jhanisse Vaca sea uno llamado: “How AI Can Support Democracy Movements: Summary Report of a Research and Practice Workshop”.

En conclusión, la injerencia de los Estados Unidos en la política boliviana, al punto de organizar toda una elección, está confirmada, lo que falta confirmar es qué nuevos mecanismo usará el país del norte ahora que tanto la embajada norteamericana como USAID salieron de nuestras fronteras. Es posible que estos pasen por organizaciones relacionadas a la iglesia, como Church World Service y Presbiterian Hunger Program, por organizaciones con ideologías afines como la Agencia de Cooperación Española, o por medio de aún poco conocidos recursos de la inteligencia artificial. Lo más seguro es que todo esto se revele en las próximas elecciones generales de agosto de 2025.

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