El joven de 19 años, identificado como Salvador Ramos, que entró fuertemente armado a la Escuela Primaria Robb a las 11:30 de la mañana y comenzó a disparar contra los estudiantes, fue abatido por la policía en un tiroteo en el que dos policías fueron heridos. El saldo de este fatal ataque fueron 19 niños y dos adultos muertos.
Antes de protagonizar el tiroteo, Ramos habría disparado contra su abuela, quien intentó detenerlo aún herida, ella todavía se encuentra hospitalizada en condición crítica.
La comunidad se encuentra devastada por la tragedia. En entrevistas hechas por la BBC, algunos de los niños relataron algunos detalles de lo sucedido:
“Tenemos una puerta en el medio, [el atacante] la abrió. Luego entró, se agachó un poco y dijo ‘es hora de morir’. Cuando disparó, sonó tan fuerte que me lastimó el oído. Cuando vi la bala en el suelo, supe que era real. Y cuando escuché los disparos a través de la puerta, le dije a mi amigo que se escondiera debajo de algo para que no nos encontrara”, relató un niño menor de 10 años.
“Los policías dijeron ‘diga ayuda si necesita ayuda’. Una de las personas en mi clase pidió ayuda. El hombre lo oyó. Entró y le disparó. Y luego los policías irrumpieron en el salón de clases y él [el atacante] les disparó, así que los policías empezaron a dispararle”, relató otro niño.
“Estábamos todos en pánico porque no sabíamos qué era lo que estaba pasando“, contó un niño de 9 años.
Otro de los testimonios de los niños da cuenta de la valentía de las maestras, que se habrían puesto delante de ellos para ayudar a salvarlos.
Pese a que se han manejado varias teorías del por qué del ataque, este aún no se ha esclarecido del todo y continúa bajo investigación.