Un reciente tuit del exmandatario, Evo Morales, generó una serie de críticas por la manifiesta contradicción de su contenido: “Denuncio ante países amigos, organismos defensores de derechos humanos y personalidades internacionales que defienden la democracia, que la continuidad del Estado de Derecho está en grave peligro en Bolivia (…) Ya no existe independencia de poderes, solo hay abuso de poder de unos cuantos ex magistrados autoprorrogados”, puede leerse en su cuenta de X.
Sin embargo, este mensaje se contradice plenamente con afirmaciones que hacía en 2017, cuando buscaba los mecanismos para ir a una cuarta reelección, ocasión en la cual se refirió a la independencia de poderes: “La independencia de poderes, para mí, es una doctrina norteamericana, así como en el tema sindical. La independencia sindical para que el sindicato no pueda hacer política. Es una doctrina del imperio norteamericano, para que los obreros no hagan política, solo la derecha tiene opción de hacer política“, afirmaba Morales en ese tiempo, en el que buscaba allanar el terreno para un regreso al poder.
Esta contradicción es parte de una serie que inició desde el momento en el que tuvo que hacerse a un lado para que Luis Arce asumiera la presidencia de Bolivia, agotados ya los recursos para volver a ocupar la silla presidencial. Su acercamiento con la oposición y los pactos firmados para continuar poseyendo algún poder a través de sus funcionarios “evistas” son una muestra de ello, así como las modificaciones a su discurso que, muy duro en otro momento, se volvió indulgente con posibles aliados políticos como el mismo Luis Fernando Camacho.
Ahora queda ver qué acciones asumirá luego de que una decisión del TCP, dada a conocer el 29 de diciembre, lo inhabilitara como candidato para una próxima elección, lo mismo que sucederá con otras autoridades nacionales y subnacionales.