En pasados días, Alemania prohibió la emisión en su territorio, del canal televisivo ruso RT. Las razones que expuso para esta prohibición tienen que ver con que el organismo alemán que regula los medios MABB y la Comisión de Licencias y Supervisión (ZAK) de organizaciones de medios dijeron que RT no podría transmitir contando con una licencia serbia. Por otro lado, se acusa a RT de estar financiada por el Kremlin y constituirse en un instrumento de propaganda a su servicio.
Rusia ha respondido manifestando sus dudas acerca de las explicaciones alemanas, sobre todo porque este veto coincide con las crecientes tensiones entre Rusia y la OTAN. Por otro lado, la situación se mostró más comprometedora cuando la plataforma YouTube bloqueó el martes las cuentas de RT DE y Der Fehlende Part. Este hecho fue calificado por el Kremlin como un acto de “censura”, por lo que no descartó “la adopción de medidas coercitivas contra esta plataforma para que respete las leyes rusas”, ya que se trataría de acciones tomadas por inclinaciones políticas que no respetan la libertad de expresión.
En este contexto, Rusia anunció este jueves el cierre de la oficina en Moscú de la emisora alemana Deutsche Welle y la revocación de las acreditaciones de sus empleados en el país por considerarlo un medio de comunicación foráneo que realiza las funciones de un agente extranjero.
En un comunicado oficial, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia informó que “pondría fin al satélite y otras transmisiones de Deutsche Welle” en territorio ruso.
