Acrecentando los temores sobre una posible guerra en Europa, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, aseguró este viernes 11 de febrero que una “invasión” rusa a Ucrania “puede iniciar en cualquier momento”. Estas declaraciones las hizo pocas horas después de que el presidente Joe Biden urgiera a sus ciudadanos en suelo ucraniano a abandonar de inmediato ese país.
Sin embargo, la administración de Vladimir Putin insiste en que no planea atacar a su nación vecina y acusa a Occidente de generar alarma innecesaria. Sobre el movimiento de tropas, el canciller ruso Serguéi Lavrov, el jueves 10 de febrero durante su reunión en Moscú con la secretaria de Exteriores británica Lizz Truss, señaló que son temporales y que el próximo 20 de febrero retornarían a Rusia, contrario a lo que sucede con los soldados de la OTAN que se mantienen cerca de las fronteras rusas.
Ante la alarma generada por la OTAN y los Estados Unidos, Vladimir Putin afirmó, nuevamente, que su país no invadiría Ucrania. Y, en la reunión que tuvo con el presidente francés Emmanuel Macron el 7 febrero, insistió en que sus exigencias sobre la seguridad de su país no fueron escuchadas por Occidente. Entre estas exigencias estaría el retiro de las tropas de las exrepúblicas soviéticas, ahora parte de la Alianza Atlántica, como Bulgaria y Rumania.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dimitry Peskov, reclamó:
“En los últimos días, no ha habido nada nuevo sobre el tema de las garantías de seguridad para Rusia. Nuestros interlocutores occidentales prefieren no mencionar este tema (…) En cambio, llueven declaraciones de las capitales occidentales sobre un inminente ataque ruso contra Ucrania”.
En medio del bombardeo mediático que advierte sobre una posible guerra, María Zajárova, portavoz de la Cancillería rusa expresó:
“Los anglosajones necesitan una guerra. A toda costa. Las provocaciones, la desinformación y las amenazas son su método favorito para resolver los propios problemas.”
