El 14 de febrero de 1879, se produjo la primera invasión chilena a costas bolivianas. El buque acorazado Cochrane, la corbeta O’Higgins y el blindado Blanco Encalada transportaron a las tropas chilenas, quienes tomaron Antofagasta con muy poca resistencia. Este ataque llegaba luego de la sequía de 1878, que había traído desabastecimiento y mortandad para la población boliviana.
Si bien esta fue la primera invasión chilena, no fue sino hasta abril de 1879 que se declaró la guerra formalmente. El desenlace fatal de este conflicto armado, conocido como la Guerra del Pacífico, fue la pérdida de las costas bolivianas.
Así relata este suceso, Alcides Arguedas, en su Historia de Bolivia:
“Desembarcaron, pues, los chilenos sus tropas en Antofagasta el 14 de febrero y se apoderaron de la ciudad intimando rendición a los 60 soldados de gendarmería que contaba como guarnición ese primer puerto boliviano. Dos días después eran ocupados Caracoles y Mejillones, sin resistencia; no así Calama donde un puñado de hombres, 135 en todo, había tomado la exorbitante resolución de oponerse a la marcha vencedora del arrogante invasor”.
Este suceso, recordado hoy, da continuidad a la búsqueda histórica de una salida al enclaustramiento marítimo en Bolivia. En este marco, el máximo mandatario boliviano, en su cuenta de Facebook escribió:
“Al recordar la invasión de #Antofagasta, el 14 de febrero de 1879, rendimos homenaje a nuestras heroínas y héroes que defendieron nuestro Litoral. Su ejemplo es el faro que guía la lucha por una #Bolivia digna y soberana. Nuestra reivindicación marítima es irrenunciable”.