Por: Rafael Caliari
Terroristas ultranacionalistas destruyen el jefe de las tres potencias brasileñas en un intento de golpe de Estado liderado por el ex presidente Jair Bolsonaro.
Los actos terroristas observados el domingo por la tarde (08), serán escenas difíciles de olvidar en la memoria de los brasileños. Miles de personas marcharon, con el apoyo de la policía militar de la capital brasileña hacia el parlamento. Imágenes nunca vistas en momentos democráticos del país conmocionaron incluso a quienes soncontrários al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
En solo dos horas, una multitud irrumpió y destruyó los 3 principales palacios gubernamentales. Los criminales no ocultan su objetivo: quieren que el ejército detenga inmediatamente al gobierno elegido por el pueblo, en una elección reconocida por todos los países del mundo, observada internacionalmente y probada legítima.
Su líder, el expresidente de la extrema derecha, Jair Bolsonaro, se encuentra en territorio de Estados Unidos de América. Se sabe que no podría liderar este intento de golpe de Estado en Brasil sin ser juzgado por más de este crimen, que se suma a los cargos de genocidio después de ser responsabilizado por 700.000 muertes durante la pandemia de COVID-19.
Causa incertidumbre en el país los videos que aparecen en todo momento con imágenes de la Policía Militar ayudando a terroristas en la invasión y destrucción. Alexandre de Moraes, ministro del Tribunal Superior Federal, destituyó al gobernador del Distrito Federal por colaborar con el terrorismo y ordenó al Ejército brasileño que retirara los campamentos que sirven como incubadoras para terroristas en todo el país. En este momento, el país está observando con sorpresa la negativa de sus propias fuerzas armadas a cooperar. Vehículos blindados salieron a las calles para protegerlos refugios terroristas.
Ninguno de estos eventos es una sorpresa, Bolsonaro hace 2 años insta a sus seguidores a completar un golpe de estado de Estado. En las redes sociales, se puede observar el discurso cada vez más radical de sus partidarios. En las últimas semanas, muchos líderes en las ciudades han comenzado los preparativos para acciones terroristas. Incluso con la alerta temprana, la divulgación masiva de acciones violentas que se organizan para crear caos, no se hizo nada.
Los expertos internacionales dicen que este guión golpista es muy similar a los golpes recientes en otros países latinoamericanos, especialmente Bolivia. Personas que ingresan al Congreso con la Biblia, diciendo actuar en nombre de Dios y sin ningún voto o consulta popular adorable, actuando “en nombre del pueblo”, ignorando que la mejor manera de descubrir la voluntad de la mayoría es, sin duda, el voto.
Este domingo Brasil dormirá un sueño inquieto. La noche parece cada vez más oscura sobre esta nación. Nadie que haya nacido en este suelo puede decir con certeza que mañana despertará en una democracia. Hoy este país ya no está dividido entre posiciones políticas en este o aquel lado ideológico, como es común en tiempos electorales. En este momento, Brasil está dividido entre los que apoyan la democracia y los que quieren ver la democracia mortalcon toda la violencia posible.
Que Dios tenga misericordia de esta nación.
