Por: Freddy Magno Mamani Mollo. Amawt´a y Experto en Derechos de los Pueblos Indígenas.
La podredumbre humana se ha hecho habito al interior del “Evismo”. Y, el caso de los restos mortales del padre de Eva Copa lo demuestran indefectiblemente. Los radicales como demonios al acecho no respetan nada ni a nadie. Ni la voluntad humana ni la voluntad de los muertos que es descansar en paz.
Esta acción que proviene de una dicotomía política se convierte en una acción antiespiritual y de eso -hace poco en 2019- ya lo vivimos. El pueblo en su profundo respeto a nuestros ancestros (familiares ya fallecidos) repudió la represión realizada por Añez y los militares cuando los féretros bajaron desde Senkata en una multitudinaria marcha llena de dolor hasta la Sede Gobierno y en esa ocasión no se respetó ni la memoria de los muertos ni la tristeza insoslayable de las viudas, de los huérfanos y del propio pueblo.
Ese hecho removió la subjetividad de toda una comunidad -cual quiere que fuere su religión- que es guardar el respeto a los muertos (ancestros). Y, hoy Vilma Alanoca y el “evismo”, en su miope apreciación política se embanderan con esta “satánica” forma de hacer política a nombre de fiscalización.
Este hecho tiene una connotación más profunda al interior del mundo andino y eso la “izquierda radical atea” jamás comprenderá, pues, al interior de nuestra cosmovisión y ahora a nivel nacional realizamos la ceremonia de Amaypcha o la fiesta de los ancestros y ancestras, los católicos lo llaman Todos Santos y los muchos saben -nomás- que octubre y noviembre siempre es un tiempo controversial en nuestra historia política y eso no es casualidad.
Este tiempo -desde octubre- según nuestra espiritualidad ancestral es cuando los “Ajayus” de nuestros difuntos se alistan para venir e inician el retorno para poder encontrarnos el 31, 1, 2 y 3 de noviembre entre los vivos y los muertos en una fiesta donde el tiempo humano se desvanece para la alegría de nuestra propia alma y eso nuestros antepasados lo sistematizaron mediante procedimientos de cuidado de los cuerpos de los difuntos, a tal punto, de sacarlos de sus chullpas (tumbas andinas) en cada Amaypacha y festejar junto a la comunidad ese encuentro.
Entonces lo sucedido con Eva Copa sobrepasa una acción política y llega a los límites de lo “satánico” por la perversidad y la maldad presupuesta. Estos hechos están rayando el fin de época de una forma de hacer política y de una subjetividad que apuesta por el caos infinito (caos espiritual). Esto ya se vio con Evo cuando abandonaba todo el horizonte de sentido del proyecto político del MAS que es el Vivir Bien y la propia espiritualidad ancestral andina-amazónica por su apuesta hacia una “espiritualidad antiespiritual” peligrosa y sacrificial. Pues la instrumentalización y el cálculo de interés político jamás considera al espíritu como factor determinante y real.
Señora Eva Copa en usted se muestra la satánica forma de hacer política por parte de aquellos a quien la locura devoró. Y, hoy en las calles se escucha decir “ese Evo ya está loco” o “parece loco el evito”. Ante ello, solo mandarle mis condolencias más profundas porque a nadie puede negársele la alegría de cuidar de los restos de un ser querido, pues, lo ocurrido rompe la reciprocidad para con la memoria de nuestros ancestros y ancestras.
Un maestro me decía; “las lágrimas del alma nunca caen al vacío”. Pregunto: ¿Dónde caerán las lágrimas del Ajayu del padre de Eva Copa y de los santos difuntos del Cementerio del Mercedario? En mi opinión, es necesario hacer una sagrada ceremonia ancestral andina de “Despacho o Amaya Misa” para todos los Ajayus de este cementerio y convivir en equilibrio en la ciudad de El Alto; la Capital de Los Andes.
Buen Camino, Buen Pensamiento, Buen Corazón y Buen Ajayu.
Jallalla.