Aunque, últimamente, detractores del gobierno y seguidores de la derecha criticaron duramente las decisiones económicas del presidente Luis Arce, la economía boliviana se mantiene con crecimiento y estabilidad de precios pese a dos aspectos importantes: un panorama internacional adverso marcado por la guerra, la postpandemia y el cambio climático; y un panorama nacional en el que la oposición, sumada a la nueva derecha, atacan la economía con bloqueos en la Asamblea y en las carreteras.
Pese a esta suma de componentes, en abril Bolivia registró una inflación del 0.57%, con lo cual se tiene una inflación acumulada del 1.31%, la segunda menor de toda la región. Asimismo, el índice de Precios al Consumidor (IPC), un indicador que mide la variación mensual de los precios de un conjunto de bienes y servicios, que es lo que más afecta a la gente de a pie, se mantiene con una relativa estabilidad a excepción de productos importados que subieron por factores externos correspondientes a cada país. En este sentido, también influyen los productos estacionales, es decir, que suben o bajan de acuerdo a las épocas de siembra y cosecha, como es el caso de la papa, el tomate, la cebolla, entre otros.
A un nivel macro, en Estados Unidos y Europa las cosas no andan nada bien, el primero de mayo la Reserva Federal de Estados Unidos anunció que no bajaría las tasas de interés en el corto plazo, algo previsible pues la inflación en el país del norte aumentó de forma constante en 2024. En cuanto a Europa, la tasa de inflación sacudió a los hogares alemanes, por ejemplo, por los altos previos de los alimentos y la energía. Todo esto llevó a que el Banco Central Europeo (BCE) se vea obligado a hacer varios recortes en lo que va del año.
Ante todo esto, la respuesta de Luis Arce y su modelo económico resiste apoyándose en varios aspectos, dos de los cuales son una “economía de base ancha” y la “sustitución de importaciones”, que se resumen en no basar la economía en la exportación de un solo producto (por ejemplo el gas), e industrializar para producir los productos que solíamos importar. Una estrategia simple, pero que, hasta el momento, le ha permitido a Bolivia mantener una estabilidad envidiada por países vecinos como Argentina que, pese a haberlo apostado todo con la elección de Milei, sufre día con día el aumento de precios de la canasta básica.